En un comentario en el financiero, Roberto Artavia lamentó la falta de diálogo público en Costa Rica sobre los efectos que la automatización e inteligencia artificial van a tener sobre la sociedad Tica. Su enfoque es en particular sobre los efectos en el mercado laboral, y la falta de visión política para preparar Costa Rica ante los cambios que vienen.
Como extranjero, agradecido de poder vivir aquí en Costa Rica, me trato de cuidar de no entrar mucho en este tipo de discusión. Es quizás donde el tiquismo calladito más bonito se hace relevante. Pero este tema en particular es a lo que me me dedico y espero poder aportar algo con mi opinión.
La revolución de la que estamos hablando también la llaman la Cuarta Revolución Industrial. La primera se dio a causa de la invención de la máquina a vapor, lo que abrió las posibilidades para reducir la dependencia sobre la mano de obra de forma impactante. Además cambió el tamaño del mundo, haciéndolo más pequeño gracias a trenes y buques a vapor.
La segunda revolución fueron mejoras sobre la primera. Entran las máquina de combustión y eléctricas. Además logramos transportar energía en forma de derivados de petróleo y como energía eléctrica. En la tercera, la revolución digital, logramos avances increíbles en tecnologías de comunicación. No solamente logramos hacer más pequeñas las distancias, pero reducimos el tiempo que necesitamos para ejecutar proceso, acelerando nuestras sociedades en puntos clave.
En mi opinión la enorme oportunidad que la cuarta revolución industrial nos da, es una autonomía individual mucho más grande de lo que pudimos lograr antes. Me llama la atención de que la avenida de esta revolución fué acompañada por el fenómeno de educación masiva y libre. La cantidad de recursos que existen para aprender y prepararse para el futuro a cuenta propia es enorme. Lo que necesitamos hacer en todo el mundo, y también en Costa Rica, es educar a nuestros hijos para que sean capaces de aprovechar este tipo de oportunidades. Aprender a aprender es lo que deberíamos estar enseñando en el curriculum, no aprender a hacer.
Por el otro lado parece muy claro que hay un riesgo de que incremente la desigualdad económica. Y es allí donde estoy de acuerdo con Artavía que necesitamos una discusión clara sobre el contrato social que deseamos en Costa Rica para enfrentar el futuro. Pero si educamos bien a nuestros hijos, no creo que necesariamente va ser futuro ni más volátil, ni más exigente para ellos. Creo que va ser un futuro donde van a estar expuestos a una participación económica más global. Creo también que gracias a tecnologías nuevas y oportunidades de innovación local, vamos a poder crear una sociedad más solidaria y eficiente.